El pirata del Guayas by Manuel Bilbao

El pirata del Guayas by Manuel Bilbao

autor:Manuel Bilbao [Manuel Bilbao]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: F
editor: SAGA Egmont
publicado: 2021-06-28T00:00:00+00:00


- XIII -

La palabra venganza había sido para todos una voz mágica que les conmovió de placer.

En la fisonomía indolente y brusca de los deportados se dejó ver la ansiedad por alcanzarla.

Eran consecuentes al encadenamiento de los malos sentimientos que se despiertan en un hombre, cuando ha sido presa de un crimen.

Vengarse era para ellos salvarse, equivalía a la satisfacción de sus aspiraciones.

Bruno conoció el entusiasmo de sus camaradas y queriendo halagarles, siguió adelante en la exposición de su plan.

-Ustedes saben -les dijo-, que en el mar no se puede andar a caballo y para suplir al animal, se hicieron los buques. Estos son los caballos que debemos buscar como buscaría el preso la puerta de la prisión. ¿Comprenden ahora el plan, atando esto con lo que antes les decía?

Los camaradas quedaron pensativos, esperando uno de otro que aclarase lo que se les preguntaba. El Oso interrumpió ese estado expresando una duda.

-520-

Es claro que para salir necesitamos un buque o embarcación, pero ¿de dónde la sacamos?

-Eso es más claro -le respondió Bruno-, la sacaremos de aquí mismo.

-Si no la pintan en el suelo... difícil me parece -replicó el Oso meneando la cabeza con cierto aire de satisfacción en lo que decía.

-Para el que teme los peligros -dijo Bruno-, es propio encontrarlos pintados en el suelo; pero para el que no los teme, le es fácil encontrar lo que precisamos. ¿No han visto algunas veces y con frecuencia pasar barcas pescadoras? ¿No han observado que regularmente se detienen algunas horas y hasta más de un día a nuestra presencia?

-¿Y qué sacamos de ello? -repusieron los camaradas.

-Sacamos -les contestó Bruno-, que debemos apoderarnos de una de esas embarcaciones o buques y en ellos salir de aquí.

-Siempre estamos en las mismas -observó Galeote-. ¿Cómo las tomamos? ¿Cómo llegar a bordo cuando siempre se ponen lejos y adonde sería imposible llegar nadando?

-Parece que no quisieran comprenderme -dijo el del proyecto algo incomodado-: Para llegar a bordo hay un medio sencillo, una estrategia. Supongamos que el buque se pone a la vista y que manda el bote para tomar leña o agua, lo cual es frecuente: que llegue a tierra y por engaños uno de nosotros conduce a los que lo tripulan a esta habitación; ¿no sería fácil tomarlos por sorpresa y contar desde luego con un bote en que ir a bordo?

-Magnífica idea -contestó Barra-, yo la apruebo aun cuando sea necesario batirse con los marineros.

-A una sorpresa nadie se resiste -observó el Oso-, y si se resisten en un bendito los despachamos al otro mundo.

-¿Y si los del bote se resisten a pasar a la habitación? -agregó el Sapo.

-Nos batiremos en la playa -contestó Bruno.

-¿Pero el buque se irá al presenciar la pelea?

-521-

-Mas habremos conquistado un bote y en un bote, podremos apoderarnos del Gobernador, y de su balandra, repuso el del proyecto.

Los reos se miraron unos a otros al tener conocimiento del plan de Bruno, y como impulsados por un propio sentimiento de alegría, gritaron:

-¡Viva la patria! ¡Viva Bruno! ¡Somos libres!

El Oso



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